martes, 9 de julio de 2024

Caso de Valentina: #TodosSomosGerald

Bullying en escuelas: 40% de los estudiantes de primaria y secundaria son  víctimas - Estilo de vida y salud

Cuando yo estaba en 7mo año del colegio, tenía el pelo corto y estaba en esa edad en la que la cara no tiene aún demasiada forma. En mi sección había una muchacha unos 2 años mayor y se hizo "mi amiga". 

La inocencia de venir de una escuela en la que el bullying no era frecuente me hizo no entender que ella se estaba acercando únicamente para burlarse de mi. Me decía Matilda por un dibujo de una bruja con el pelo "parado como el mío" y la nariz grandota "como la mía". También se burló de un papelito que le hice un día (porque ella era mi amiga) y convenció a mi sección de que a mi "seguro me gustaba ella".

 Bastó que llegara medio año para que la deserción colegial la alcanzara, no sin antes dejar huella en mis compañeros que me dijeron Matilda por algún tiempo más. Esta es la primera vez que cuento esto desde los 12 años. 

 Mi reacción, como la del desafortunado video de Valentina, también fue "reírme". También fue tratar de seguirle la broma a la persona que me estaba haciendo acoso escolar para que se acabara, para que viera que no me dolía y dejar de ser el objetivo. Así como Valentina, era como ponerle gasolina a un incendio forestal. Y me daba vergüenza -mucha- pedir ayuda. 

Siempre me he preguntado qué hubiera sido de mi vida de colegio si esa chica no quedaba embarazada... ¿hasta dónde habría llegado? Ella no fue la única bully que conocí, pero si a la primera a la que le permití afectarme. 

 Antes de eso, me defendí a mi y a todos a mi alrededor. Desde pequeña, he sido una defensora innata de las injusticias. En el mismo colegio, recuerdo gritarle a "los de la soda" porque le pusieron una tablita invisible a muchachos de 7mo en el piso para que se cayeran. Nunca he entendido lo gracioso de los videos en los que se humilla otra persona y repudio especialmente en los que se le hacen groserías a niños pequeños, súmele 3 puntos si estos lloran. ¡No me importó ni el trabajo de mi papá cuando le dije al director del grupo en el que tocaba que por qué no dejaban de cantar "Te compro tu novia"!

Así que no, el que yo no me supiera defender nunca fue el problema. Y tampoco es el de Valentina.

En un reportaje del 2018, La Nación ya nos contaba como el 60% de los estudiantes en Costa Rica habían sufrido de algún tipo de acoso escolar. También decía que sus secuelas podían llegar a repercutir en las personas que lo sufrían hasta los 40 años y lo confirmo porque yo tengo 36 y hasta ahora puedo hablar de esto. Nos lo contó porque, ese mismo año, conocimos el caso de Sebastián Díaz y nos dolió a todos como hoy nos duele Valentina. 

Hicimos marchas, vimos lazos, nos prometieron acciones y -como hoy- todos los comunicadores saltamos para hacerle bulla a este tema que no deja de doler. Tristemente, las 354 denuncias por bullying que se habían recibido a noviembre del 2023; nos dicen que Sebas, Valentina y yo seguimos sin estar solos en las estadísticas.

Pero es que hoy... no me puedo enojar con Gerald.Tampoco con los niños que se ríen y graban lo que le está pasando a Valentina. Es que ellos están imitando lo que ven en la calle. Están emulando la violencia que viven, las bromas de internet que ven en su acceso indiscriminado a pantallas y la ola innegable de violencia en la que estamos sumergidos.

¡Es que todos somos Gerald! Somos todos cuando no hay un solo adulto de los que iban alrededor de esos niños que interviniera...¿será que lo ven todos los días? Somos todos cuando no nos estorba tener un presidente que ataca a periodistas y a la "prensa canalla" en Casa Presidencial y aplaudimos cuando  miembros de su equipo de gobierno tienen el descaro de decir que "tomarán medidas en el asunto"... ¿con cuál ejemplo? 

Somos todos cuando la mayoría de adultos experimentamos bullying a vista y paciencia de profesores del MEP que no hicieron nada, de personas que creen "que no es con ellos" o que "así juegan los muchachos, que aprendan a defenderse y -si son hombres- que se haga varón". 

 Somos todos cuando chineamos vivir en la sociedad en la que uno de los adolescentes que más quiero tuvo que desarrollar una maestría en peleas callejeras para sobrevivir su colegio... ¡si ustedes entendieran la ternura de ese corazón! 

Siempre que tengamos autoridades que no hacen nada, influencers aprovechando el caso de Valentina para "ir a visitar a la familia y a dejarle cositas de mis patrocinadores" cazando likes, una sociedad cada vez más centrada en la superficialidad y que responde violencia con violencia; vamos a seguir teniendo videos virales que son responsabilidad de todos.

Porque a ese muchacho lo criamos todos, lo cría el colectivo, no solo sus papás. Si la sociedad no estuviera cómoda con esos comportamientos, no tendríamos bullies.

¿Quieren ayudar? Activen la ternura en sus casas. Empiecen a hablar con amor. No rían chistes que se dan a expensas de alguien más y condenen las conversaciones en las que se ataca a cualquiera que no sea un igual, sea más inocente o cometa un error. Amen mucho a los adolescentes que tienen cerca y dótenlos de herramientas para enfrentar esa jungla a la que le llamamos colegios, cuéntenles sus propias historias para que sepan que no esán solos y que la diferencia es solo que nosotros no teníamos smartphones.

miércoles, 8 de marzo de 2023

Si tocan a una, NO respondemos todas

Aquelarre: El feminismo es cuestión de brujas - Diario Digital Femenino

 

¿Han escuchado "Canción sin miedo" de Vivir Quintana? A mi me hace un nudo en la garganta siempre, me encantaría decir que he sido siempre esa mujer que todo lo rompe, me encantaría decir que he sido sorora siempre. O que lo soy hoy. Pero no, no es cierto eso de que si tocan a una respondemos todas,¡ya quisiéramos! Esa frase de que las peores enemigas de una mujer son las mismas mujeres es lo más real y doloroso que nos enseñó la cultura machista. Y finalmente entiendo por qué. 

 Lo más poderoso que he hecho en los últimos años es intencionar mi vínculo con las mujeres que tengo cerca. Y hoy, 2 años después y con amigas que son hermanas, puedo decirles que las tribus de mujeres liberan, sanan, empoderan y brindan crecimiento exponencial a sus miembros.

 Intencionalmente me he alejado de juzgar el camino de los demás (mujeres y hombres) y eso me lo enseñaron ellas. Ellas que no me quitan las vendas de los ojos, pero me sostienen la mano mientras me las voy arrancando. Las que con paciencia se sientan a escuchar y aconsejar desde el amor y no desde el miedo, las que tienen siempre una palabra de apoyo para esa sesión de "venting" laboral y un mensajito de empoderamiento a alguna hora del día. 

 Cuando lo intencionamos en las relaciones correctas, nos convertimos en lugares seguros. ¡Y eso es TAN difícil de encontrar para una mujer! Aprender a ser un lugar seguro para mis chicas me ha abierto la visión relacional con mis familiares, con los hombres a los que puedo llamar amigos y me ha abierto la puerta a una libertad emocional que no sabía que necesitaba. De eso nos privaron cuando nos enseñaron a compararnos, a competir entre nosotras, a tener desconfianza de hacer trabajos y tener líderes mujeres en las empresas, a ver con recelo el cuerpo de las otras y buscar siempre intenciones subliminales cuando las mujeres se llevaban bien con los hombres. 

 Es que las mujeres libres y sororas no solo cambiamos nuestra vida, ¡cambiamos el mundo, carajo! Nos convertimos en personas que entienden que es tan machista decir "ella se lo buscó" como decir "todos los hombres son iguales". Nos convertimos en mujeres comodísimas con los conceptos de que un hombre sienta y llore y que una mujer tenga relaciones sexuales sin sentimientos de por medio. En mujeres que luchan -con igual fervor- por el derecho de los hombres de vivir masculinidades sanas como por el de las mujeres de ser tratadas como seres humanos. 

 Se nos quita el miedo. El miedo de hablar, de movernos, de abrazar, de ir a terapia, de ser sexuales, de escogernos. Se nos quita el miedo de salir, de hablar, de contarle al mundo que tuvimos abortos, que nos divorciamos, que fallamos y que aprendemos de eso. Se nos quita el miedo de renacer. Es que ahora lo entiendo todo: Lo que quemaban cuando quemaban los aquelarres no era a las brujas, era la unión y la libertad en la que vivían. 

 Esa es mi lucha de hoy del #8M y la invitación que quiero hacerles: ¡Hagan aquelarres! Y no, no es que se hagan brujas, es que cuando nos empoderamos juntas hay magia. No juzguen a sus familiares con conceptos machistas, expliquen desde el amor y la empatía. A veces ese amor y esa empatía significan silencio. Escuchen sus historias, introduzcan nuevos temas y abran la narrativa con paciencia. 

Sean siempre del #TeamIncomoditas y no por ustedes, por las personas que aman. Vayan al mundo con palabras de amor y denle gracias a las personas que las felicitan por el día de la Mujer: No todo el mundo ha tenido la dicha de educarse, golpearse y el privilegio de aprender a sanarse como lo hemos tenido nosotras. Que si lo tenemos es porque tuvimos profesoras que nos hablaron, mamás que nos defendieron, papás que nos enseñaron, Gobiernos que nos permitieron educarnos para que hoy finalmente sea nuestro turno educar de vuelta. Si, hay que juzgar el pasado y cuestionar las enseñanzas pero también es necesario honrarlo y agradecer lo que nos toca.

La lucha no es solo salir a la calle, la lucha no es solo marchar. La lucha es en el corazón de cada una, en encontrar lo que te incomoda de "esa mae" y escuchar a tu intuición cuando te dice que en esa mujer que tenés al frente no se confía pero que podés elegir no responder veneno con veneno. Porque si, esa es una opción, tan vieja como la Biblia pero tan vigente como el derecho a decidir. Que hoy sea el día que luchés desde adentro, que te encontrés más libre y que tengás el privilegio de crear Aquelarres. ¡Que nunca parés de crecer! 

A mis brujas: Ustedes saben, las amo. GRACIAS por salvarme la vida 💜 ¡POR TODAS! 💜

lunes, 6 de marzo de 2023

Las mamás sin hijos y la norma técnica


Eran las 11 de la mañana del domingo 6 de marzo del 2022. Cumplía ese día 2 semanas de tener un sangrado leve, una pesadez en el útero y una certeza de que algo estaba creciendo en mi cuerpo. Salí del laboratorio y me topé una edición única de un libro de Isabel Allende, mi favorito, llamado Paula. Y así supe qué nombre le iba a dar a esa bebé cuando llegara al mundo... si llegaba. 

 Cuando recibí el positivo me cambió la vida. Empecé a planear mi mundo con una bebé que me ponía ilusiones donde jamás creí tenerlas, que me ponía los planes de cabeza... pero mi instinto me obligó a levantarme, no decirle nada a mis papás que pidieron nietos desde el primer matrimonio de mi hermana e irme a confirmar al hospital el miedo más grande que he tenido en la vida. 

6 horas después del positivo, de elegir el nombre, de visualizar el cuarto y el primer día de clases... me contaron que mi bebé se había muerto. Yo lo sabía desde que dije "vamos al hospital porque creo que algo no anda muy bien". Yo quise hijos por muchos años hasta que el miedo a perderlos empezó a paralizarme y un montón de factores apoyaron la decisión de no tenerlos. 

Después de todo, no se puede perder lo que no se tiene... ¿cierto? Pues ahí estaba yo, aliviada por el riesgo que en mi cuerpo representaba un embarazo, en shock por la cantidad de sentimientos que el dolor me estaba causando y confirmando que de ahí en adelante iba a tener una hija en el cielo. 3 días después soñe con ella, con sus colochos libres y sus ojos grandes... Y un día en un mirador en Colombia, Dios nos regaló un momento para encontrarnos (que lo describe perfecto Puente de Gustavo Ceratti)

Quisiera decir que encontré empatía en el doctor que nos atendió, pero ese no fue mi caso. El doctor se sintió indignado de que mi reacción inmediata ante la muerte de mi bebé no fuera llorar. Y decidió no explicarme qué estaba pasando ni qué iba a pasar con mi cuerpo días después. Decidió decirme, sin tacto alguno, que el sangrado era el embarazo desprendiéndose y "que el resto se iba a salir" cuando me bajara la menstruación. 

 Yo no les puedo explicar lo que lloré cada uno de esos días mientras veía ese sangrado y entendía que ahí estaba mi única oportunidad de ser mamá. Que ahí estaban las graduaciones, las acitividades del kinder, el primer "mamá". Una muchacha que nos hace masajes fue la que me explicó que lo que tuve después de esa menstruación fue una cuarentena, porque tu cuerpo entiende que acaba de pasarte un embarazo y estás ahí... pasando el post embarazo sin un bebé en tus brazos. Esto que me lo podría haber dicho el especialista en fertilidad que tomó 3 horas para llegar al hospital lo tuve que escuchar en la calle porque a el no le pareció importante.

 Estando en un viaje con mis amigas fuimos a una tienda de ropa de niños y tuve que salirme porque sentía que el aire me faltaba y no era el aire sino mi hija a la que nunca iba a poder vestir. El duelo es complicado y no tiene nada de lineal. 

Es doloroso que alguien tenga que pasar por lo que yo pasé para entender lo profundo que puede dolerle a las mujeres que pierden hijos que las pongan en el mismo sector del hospital donde hay cientos de mamás y papás celebrando nacimientos. Que hay mamás a las que obligan a tener una labor de parto por un@ hij@ inerte que nada más deciden no sacar a través de una cesárea. 

Yo no vi mi estómago creciendo y tampoco tuve ultrasonidos donde la viera, pero el dolor de perder un hijo es el mismo para todas. "Lo raro de un embarazo más bien es que pegue", me dijo el técnico del ultrasonido mientras me mostraba que "ya no había nada", al tiempo que yo sentía un dolor que solo puedo describir como el corazón quebrándose. 

Y eso que mi proceso lo viví en el Hospital La Católica, donde estaba pagando para que "me trataran bien". La falta de empatía se ve igual en todo lado. Las mujeres que perdemos hijos también somos mamás y merecemos. Negar una norma técnica en un país es obligar a una mujer a ver hijos morir, a ver hijos nacer sin mamá o bien morir los dos en el intento de concretar ese embarazo. El decreto presidencial que pone en riesgo este tipo de aborto pone en riesgo la vida de las mujeres, a las mamás que entramos con un positivo al hospital y salimos sin hijos y la posibilidad de las parejas de salir adelante después de ese duelo. 

Qué dichoso, Don Rodrigo, que usted nunca va a saber lo que mi dolor significa. No priorizar la salud de la madre como una razón para que el aborto suceda es negar la poca dignidad que se siente al perder un hijo, que de todas formas no sobra en nuestro sistema de salud. 

 Pero aquí vine yo a hablarle de lo que nadie habla porque, para usted, es cumplir con una agenda y quedarle bien a sus votantes pero para nosotras significa la vida y años de terapia que su Gobierno tampoco cree que valga la pena pagar. 

Como país es importante que nos metamos en estas conversaciones, que entendamos que hay muchas mamás como la que hoy les escribe y que la salud reproductiva de una mujer no debería estar en la pluma de un Presidente de ninguna República y, mucho menos, en la agenda conservadora que impone alguna iglesia... o varias.

Paula, mi amor, que tu corta vida siga sirviendo para visibilizar lo incómodo, para quitar vendas y miedos. Gracias por venir, angelito perfecto, gracias por venir a quitarme los miedos.Yo no he parado de agradecerle a Paulita haberme escogido para ser su mamá durante ese mes y sé que como yo hay muchas mujeres que aprendimos de esta experiencia. Perderla a ella me obliga a escribir hoy esto para decir que la norma técnica es necesaria y la empatía también.

martes, 8 de noviembre de 2022

Del otro lado del miedo

Desde pequeña aprendí a ser buena. A portarme bien, a ser “dama”. A no “poner tristes” a los demás negándoles un beso, un abrazo, una sonrisa. Aprendí que es más fácil que los hombres dejen de acosar con una sonrisa que con una confrontación y que, si le hacía caso al miedo, siempre me iba a ir mejor.

Siempre me pregunté qué había del otro lado. Allá donde estaban las fiestas a las que no fui, los muchachos a los que no les “di pelota” para cuidar mi reputación y ser elegida como “la oficial” que era la única posición de respeto. Allá donde vivía todo el fútbol que no jugué y las ganas de comerme al mundo en un bocado, a quienes siempre consideré grandes enemigas.

Allá donde vivían los outfits que quería ponerme, la aventura de vivir sola, viajar y conocer el mundo. Pero siempre me quedé en la acera, alentando a todos aquellos que conocí que si decidieron cruzarla. Y un día de tantos, cansada de sentirme insatisfecha… la crucé yo.

Del otro lado del miedo viven muchas lágrimas, de esas que limpian el alma y calman cualquier dolor. Vivía mi seguridad y mi autoestima, vivían mis límites sanos y la cantidad de amor que necesitaba para ponerlos.

Vivía mi espíritu aventurero, la que amaba una buena fiesta y un cafecito hablando paja hasta que amanezca. Aquí, de este lado, vivía mi empoderamiento y mi confianza de poder lograrlo sola, así como la vulnerabilidad de dejarme ayudar y –por fin- tener una tribu a la que llamar mía.

Aquí, en este barrio que no juzga, puedo ser finalmente quien me da la gana. Nadie me evalúa con una lista de requerimientos, puedo explorar aspectos de mi que antes callaba y otros que simplemente ignoraba. Del otro lado del miedo vivía yo… y a esa sombra de mí que vivió en mi cuerpo tantos años solo me queda decirle gracias, pero tu tiempo ya pasó. 

Porque elegí vivir desde el amor, no desde el miedo, no desde temer perder. Elijo experimentar lo que me negué, vivir lo que me toca, soltar lo que no me conviene... y volver a empezar. Siempre volver a empezar. 

Elijo vivir siendo yo, aunque aún no esté segura de quién soy. Yo sin etiquetas, yo sin tratar de "ser la buena" sino guiándome por la intuición de hacer el bien. Yo sin seguir haciendo lo que "se supone" y empezando a intencionar lo que quiero, a manifestar mis deseos y convertir mis sueños en metas. 

Elijo vivir creyendo en un Dios que es radicalmente amoroso, que no juzga y que no se identifica con la religiosidad ni la imagen que han creado de Él para controlarnos. Elijo dejar de juzgar, dejar de controlar... elijo sentir y fluir. Dejar del drama de lado... dejar a Disney en películas y no en la realidad de mi vida. 

 Me elijo yo de este lado, me elijo libre... me elijo sin miedo. 

 

Fuente: www.secretolivo.com


viernes, 20 de marzo de 2020

¡AUXILIO! ¡Estoy liderando un equipo virtual!


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Si, yo también. ¿Pánico, verdad? Mi 2020 empezó con esta buena noticia, y digo buena, porque en escazos 3 meses me ha enseñado mucho acerca de liderazgo, de naturaleza humana y de la innovación que presenta. Mi grupo de trabajo está en el horario de noche/madrugada y consta de 16 personas de las cuales 7 estaban trabajando desde la casa y 11 estaban en el edificio.

Con la emergencia nacional por el COVID-19, mi equipo cambió a una modalidad 100% virtual que estrenamos hace 2 días. En medio de la incertidumbre, la calma de la poquita experiencia (y la mucha que tienen personas de las millones de páginas que leo en Internet) que tengo permitió establecer un plan estatégico rápidamente. 

Ante la creciente cantidad de equipos haciendo teletrabajo como consecuencia del COVID-19, me permití escribir una serie de consejos que he aplicado/leído en esas miles de páginas y que hicieron mi transición más fácil y eficiente. 

Dejar claras las expectativas: La comunicación es esencial con los equipos de trabajo y lo es a un 200% en un equipo de trabajo remoto. Establecer las reglas de juego respetando las particularidades de la empresa, no sólo es importante sino fundamental para un sano desenvolvimiento. Por ejemplo, en mi equipo no es opcional usar la opción de videollamada cuando hay reuniones ya sean breves o espontáneas. Esto nos permite mantenernos humanos, tener una buena presentación en nuestras horas laborales y mantenernos alerta. Además, como líderes, nos permite estudiar las reacciones de los demás ante una noticia, comentario o tarea que asignemos. 

Asegurarse de estar presente: A pesar de no tener presencia física, es imperativo que los miembros del equipo sientan que estás ahí, que sientan que tienen esa red de seguridad para poder seguir haciendo malabares en el aire. Anticipar las necesidades, las preguntas y responder a tiempo son parte de las características inherentes del Teletrabajo. Cuando mi equipo de edificio se pasó a Teletrabajo, yo no estaba ahí para darles las computadoras y hacer ese trámite; pero me aseguré de que tuvieran un documento con los links que más iban a necesitar, les hice videos con las preguntas más comunes y trabajé horas extra para que cada uno durante la instalación supiera que contaba con mi apoyo, no es siempre necesario estar físicamente para estar ahí.

Reinventar la diversión y el espíritu de grupo: Nuestra línea de negocio son Redes Sociales y, consecuentemente, somos ese equipo del que los demás siempre se quejaban en el edificio porque "hacían mucha bulla". Para mantenerlo, cuando la iniciativa de soporte virtual arrancó, empezamos a tener videollamadas casuales en las que hablamos de nada y de todo al mismo tiempo. A través de ellas, fuimos afianzando la confianza de quienes estaban en la casa para sentirse aún parte del equipo y con esto hemos logrado divertirnos y distraernos. ¡Anoche hasta jugamos Stop!

Tecnología para la motivación: Estando en el lugar de trabajo, un par de globos y una tarjeta bastan para un cumpleaños. Pero, ¿cómo firmamos una tarjeta cuando estamos todos en casa? Bueno, herramientas como Kudoboard nos permiten hacer lo mismo y poner incluso links de canciones de Youtube. El ser un líder virtual implica buscar, googlear y no rendirse hasta encontrar esa herramienta que te permita transmitir lo que vos querés. Uber Eats y Glovo son grandes aliados para enviar premios y hasta regalos. ¡El cielo es el límite!

Supervisión vrs. Control: Con un buen sistema de datos y metas establecidas, el control no es necesario. El micro-management es de jefes, no de líderes. Es momento de soltar el control, de que los números nos ayuden a ver quién no sabe manejar la libertad y la independencia; ambas cualidades que se necesitan para el éxito de cualquier puesto de trabajo en la actualidad. Si alguien sólo trabaja cuando lo estás viendo, funciona por miedo y no por compromiso.

Normalizar la incomodidad: Mis primeras reuniones uno a uno con miembros de un equipo presencial, no fueron fáciles. Sobre todo para los introvertidos, estos espacios resultan muchas veces incómodos aún en vivo. Sin embargo, hay que insistir e insistir siempre. La incomodidad le va a dar paso a una normalización con la cual ambos se van a sentir cómodos de compartir conversaciones cómodas así como retadoras.

No saber está bien: Nadie espera que te hagás expert@ en TI de un día para otro, y sí, te van a hacer las preguntas de "mi compu no enciende, no me sirve el VPN, no puedo conectarme" y demás. Está bien no saber, pero hay que establecer el compromiso de averiguarlo hasta tener una respuesta. Así como los miembros de liderazgo a veces somos psicólogos, consultores de finanzas y hasta doctores corazón; esto también lo vamos a aprender a hacer. Tené paz.

Por ahora, estos son los consejos que les traigo. ¿Qué les parece si me dejan en los comentarios más ideas -los líderes remotos que conozca- y voy actualizando la información para tener un manual más completo? En estos días, prometo hablarles de la diferencia entre trabajar desde la casa y trabajar en la casa. 

martes, 7 de mayo de 2019

El arte del "Thank you, next"

"La verdad es que me cansé", le dije un día a mi mejor amiga. "Se acabó esta jugadera, no voy a seguir gastando perlas en chanchos. De ahora en adelante, sólo voy a hacerle campo en mi vida a gente que aporte y valga la pena. Y si no pasa, a mi la verdad me gustan mucho los perros, me amo mucho y no me da miedo vivir sola". Y no, no se acabó. 
 
Ahí vinieron un montón más de tropiezos, dolores de corazón y lecciones. Basado en esos tropiezos, me atrevo humildemente a enlistarles 4 lecciones importantes del "thank you, next" por si a alguien más que a mi amiga y a mi le sirven: 

1. Los errores son necesarios: Hay un capítulo de How I Met Your Mother en el que el personaje principal empieza a salir con una muchacha que está, en palabras sencillas, loca. Analizan - durante todo el capítulo - cómo en ese momento esa era justamente la persona que el necesitaba para aprender que era suficiente, para llegar al punto de quiebre al que también yo llegué con mi cuota de locura. 

Los errores son intrínsecos para aprender, muchas veces no sabemos lo que queremos en una pareja e ignoramos que es mejor identificar lo que NO queremos y lo que NO nos calza. 

2. El Thank you, next  Una vez que se ha identificado lo que no se quiere hay que aprender a aplicar un Ariana Grande. Esa canción que nos tocó las fibras  por su alto contenido de empoderamiento, amor propio y empatía hacia la comemierda que significa estar en los lugares incorrectos; hace un llamado a hacer lo que nadie practica  y -de verdad- es el secreto de todo el asunto. 

Hay que aprender a decir adiós. A abandonar, a agradecer y soltar; así, sin drama. La gente tiene derecho a no quererte y vos a no quererlos. La gente tiene derecho a que no seás "el/la indicad@" aún si intentaste convertirte en eso. La gente tiene derecho a no valorar tus "esfuerzos" que muchas veces sólo hacés con la motivación de hacer a la otra persona elegirte. La gente tiene derecho a no elegirte ni para ser el "sabor del mes" y viceversa. 

¿Sabés quién no tiene derecho de hacerte eso? Vos. No tenés derecho a no quererte. No tenés derecho a menospreciarte o cambiar para que alguien te quiera. No tenés derecho a poner tu valor y tu autoestima en manos de otra persona porque no ténes derecho a ponerle tanto peso en los hombros a alguien. No tenés derecho a dejarte menospreciar, pero sobre todas las cosas no tenés derecho a quedarte donde sabés que no es, donde sólo te hacés daño.  Hacéte un "Amig@, date cuenta" vos mismo y despertá a la realidad de que todo lo que represente esfuerzo del malo o te genere inseguridad es donde NO es. Ahí no, "Thank you, next".  

3. No es todo personal Ay, qué difícil. Hay un video de Will Smith que habla de cómo lo que las personas hacen es eso, algo que hacen y de cómo la responsaibilidad para sanarlo es responsabilidad de un@ mism@. 
 
"Gaby, es que usted no entiende lo que significa un engaño. De verdad yo no puedo volver a confiar, por eso le reviso el teléfono", me dijo una amiga en un café refiriéndose a su nueva relación. Ay, bebé...

A mi me "dieron vuelta" con todo el Colegio Señoritas y alrededores, el que yo creía que era mi novio del colegio excepcional. Un exnovio con quien trabajaba, se hizo novio de la que fue mi confidente una semana después de que terminamos. Salí con alguien que me dió un beso en un bar en Escalante un viernes y el lunes supe que vivía con la novia hacía 9 años. ¿Eso me da derecho a vivir revisándole el teléfono y celando a una pareja? Vieran que no. 

Antes de empezar una relación, un@ tiene que estar segur@ que sanó lo que pudo haberle herido en la anterior. No hay derecho de andar cobrando cuentas pasadas a nuevas administraciones. ¿Se imaginan que la vida fuera así? ¿Que en un trabajo nuevo nos cobren los errores por los que nos despidieron en el trabajo anterior? Ah no maes, es que no se puede. Vos sos el/la únic@ encargad@ de lidiar con lo que te pasó. Eso de "yo era muy dulce pero me hicieron daño" es para personas muy débiles y el amor es un regalo y una responsabilidad que sólo se le da a l@s valientes. 

¡A soltar! ¿Vos creés que a mi me dieron vuelta porque me lo merecía? No, no me lo merecía. Pero es lo que pasó. Las personas lastiman, generalmente, porque tampoco han sanado o porque no saben lidiar con algo o bien porque no saben comunicar sus deseos dentro de una situación o relación. Las personas tienen derecho a equivocarse, pero yo no tengo derecho a cobrárselo a los demás ni a mi mism@.  

4. Dejá de cambiarle el final al cuento ¿Alguna vez les ha pasado que conocen a alguien, comienzan a hablar y ya se imaginan a futuro cómo la vida terminó siendo porque conocieron a esa persona? A mi también y honestamente hoy puedo decir: Huí. No tiene nada de romántico cambiarle el final a tu propio cuento sólo por la llegada hipotética del "ser amado". Vos no necesitabas a esa persona para vivir y no debería ser lo que estabas esperando para darle un giro a tu realidad. 

Como dice una frase célebre de Friends with Benefits: “Tu príncipe azul no va a venir a rescatarte a caballo y con un carruaje, eso no es lo que sos. Vos querés a un chico para ser tu compañero. Para enfrentarte al mundo con él. Tenés que actualizar tu cuento de hadas, cariño.” 

Procuráte un futuro tan prometedor que no necesités de esperar que alguien llegue a salvarte de tu propia historia. ¿No te gusta vivir en tu casa? Conseguíte un buen trabajo y andáte a vivir solo. ¿Te encanta viajar? Ahorrá, establecé planes y hasta -si podés- monetizá el hobbie. Pero no cometás incongruencias como hacer planes con alguien que de su vida sólo quiere un matrimonio tradicional e hijos, si tus planes nunca han tenido nada que ver con eso. No tenés derecho de robarle el sueño a esa persona y menos de bajarle la intensidad al tuyo porque querés conformarte. 

Cuando vos te trazás un camino, la gente que llega a tu vida puede hacerlo más chiva e incluso  diversificar ese camino. Pero no lo cambia, de verdad que no. Por favor, no te permitás andar por la vida poniéndole tu hoja en blanco a cualquiera que se aparezca pareciendo un "buen partido". 

Un exnovio de años me terminó diciendome que yo no era material para esposa y que no me veía manejando una casa. Tenía razón. Yo no era ni soy material de esposa porque ese no era mi plan de vida (aunque lo intenté).  Y el tenía derecho a seguir con su vida buscando a quien si cumpliera el estándar que el había trazado para el. 

Yo decidí soltar lo que esa frase me dolió y me marcó, porque me enfrentaba con la realidad de no ser la persona que ese "ex" iba a amar. Pero, ¿sabés? Un día de tantos a esa frase le hice un "thank you, next". Vos también podés, cambiále el cuento, quitále el poder.


 

viernes, 30 de marzo de 2018

Don Fabricio, yo no tengo un problema con usted.

Buenas noches, Don Fabricio. Quiero dirigirle unas palabras porque, francamente, las redes sociales se han convertido en un campo de batalla desde su polémico video con el que defendía los valores y la familia tradicional en Costa Rica, incluso aseverando que podría salirse de la CIDH.

Quiero que sepa que yo no tengo un problema con usted. No, de verdad. Creo que usted como persona, padre, esposo y amigo no me ha dado material suficiente para despotrincar contra su persona. No. Mi problema es con su entorno. 

Mi problema es con los que, como usted contó en un testimonio, lo seleccionaron diputado sin tener usted el más mínimo conocimiento de lo que era un diputado y de la influencia que podía tener desde una curul. Mi problema es como ese "apoyo" vino de su padre espiritual -Ronny Chavez- al que usted ha negado más veces que Pedro a Cristo, aún con tantas pruebas fotográficas de la constante visita del Sr. Chavez a la Asamblea Legislativa. 

Mi problema es con sus expresiones machistas hacia su esposa, también desde un altar de una iglesia, y con el hecho de que lo único que lo frenó de decirle "Hola Mamacita, venga deme un beso", fue su religión y no su conciencia de que ella merece no escuchar esas cosas sólo por bailar una canción estilo country

Mi problema es con que usted se parara frente a cámaras a informar al país  aún no teniendo un título para eso, se parara frente a miles de feligreses en varias iglesias aún sin haber estudiado teología y hoy se presente frente a una de las democracias más sólidas del mundo queriendo improvisar su papel. 

Mi problema, Don Fabricio, es que usted y yo no creemos en el mismo Dios. Porque, justo hoy, se conmemora la muerte del que vino a darle libertad al mundo -Jesucristo-. Ese que se sentaba con escribanos a comer, le daba un lugar a las mujeres y no permitía que apedrearan prostitutas. Y, sin embargo, usted quiere hacerle pretender al mundo que usted lo representa redefiniendo el concepto de libertad en su "Plan de Gobierno 2.0". 

Mi problema es con el montón de oportunistas que se han acercado a usted y le han dado adhesiones, sin saber cómo y para qué. Desde Otto Guevara hasta Álvarez Desanti, ninguno de sus hoy "aliados" ha dado planes ni razones concretas para darle la adhesión a usted y, francamente, todos los que hemos seguido la política hoy sabemos que nada bueno sale de esos favores. 

Mi problema es con las cadenas de "profetas" que he visto en en las que aseguran que hay un designio divino para que usted sea Presidente de la República porque ha sido "obediente al llamado de Dios", aún sin importar si esto manipula a sus seguidores. 

Mi problema, Don Fabricio, es con su improvisación. Con su falta de legalidad, con pagarse montos millonarios de su actual campaña aún siendo diputado, con cuestionar a nuestro Tribunal Supremo de Elecciones, con la discriminación que se esconde bajo sus mensajes fundamentalistas y -por supuesto- con sus reuniones secretas y su tardía presentación de documentos. 

Y, ¿sabe? Yo no voté por Carlos en primera ronda. Yo también estoy decepcionada de mucho de lo que hizo el PAC. Yo no voto por Carlos Alvarado sólo porque esté infinitamente más preparado, porque ha tenido adhesiones que suman y porque tiene experiencia en el Ejecutivo; sino porque estoy convencida como cristiana, Don Fabricio, de que usted ha caído "de chiripa" en todos sus puestos, nombramientos y demás. Y también sé que si Dios lo quisiera de Presidente, usted estaría preparado.

El Dios en el que yo creo, no improvisa


Tomado de la página de Facebook de Carlos Alvarado Quesada