miércoles, 28 de marzo de 2012

Porque vos también merecés un abrazo

Pocas veces en mi vida me he sentido tan sincera como hoy. No hay nada más doloroso que ver una foto de alguien por quien sentís enorme cariño y saber que no podés llamarle porque l@ aplazaste al punto que esa persona ya no siente cariño por vos.

Talvez solo lo superan los ojos de tu madre que ni siquiera está enojada, está decepcionada y altamente preocupada por una verdad que sabe que existe y vos no podés ni contarle.

Dicen que es mal de joven, q es orgullo, que es ese sentimiento de tener el cielo agarrado con las manos... En mi caso, creo que es un hermetismo que no me permite decir o hacer cosas que debería, pero no quisiera.

Es gracioso que lo diga talvez la persona que aboga más por la apertura de los sentimientos, pero he de decir que un ser humano sólo crece cuando es capaz de compartir sus problemas. De dejar de contestar, a quien así lo merece, "todo está bien".

El abismo emocional que se creó en mi interior no me ha separado de las personas falsas... Sino de las que realmente amo. De esa amiga que en poco tiempo se volvió una hermana, de esa hermana que es mi mitad, de esa mamá que es la razón de mi vida y así podría dar una larga lista.

He de decir que es doloroso ser hermético... Doloroso porque en el fondo la gente que importa recibe la peor de las descargas cuando hay una fuga de desesperación... Ninguna -grabátelo bien- ninguna persona es perfecta y mucho menos feliz todo el tiempo y eso no te excluye.

Vivir con un alter ego que insiste en negar la existencia de problemas, denota tu muy triste tendencia a vivir exponiendo solo tu lado soleado... mientras el de la sombra sufre solo tragos amargos y solo.

Denota también que albergás la soberbia, porque quien pretende valerse por si mismo niega el principio esencial de que ningún hombre es solo, que necesitamos de los demás, de los que nos aman y de los que no.... Como siempre lo digo, todo lo que el mundo necesita es amor.

Llenarse la boca de sinceridad suele venir acompañado con anegar los ojos de lágrimas... Pero todo vale si al final del día se es una mejor persona, se es más maduro, se es más transparente y definitivamente más amado.

Aprovecho el momento para darle un abrazo a todos mis amigos, los de verdad, los contados con mi mano.... Gracias por siempre amarme a pesar de mi. A mi maravillosa familia, gracias por ser el conjunto de amor más caótico y por apoyarme mucho más de lo que siempre he merecido.

Y sobre todo, te aconsejo que en ese momento de desesperanza -hayás salido del caparazón o no- le hablés con sinceridad a Dios... La mayor de la ganancia es la paz que eso te va a brindar.

Vos también merecés sentir la tranquilidad que brinda el abrazo de alguien que, de corazón, se preocupa por vos... Merecés hablar al respecto, llorar contándolo y sentirte apoyado de lleno! Tené cuidado con no equivocarte de persona, nada más.

Vos también merecés ser el consolado, el amado, el ayudado y eso no te hace nunca menos persona... si algo, te hace un poco más humano. Vos tenés derecho a ser feliz, a ser pleno y a no ser perfecto.

Una persona que se aleje porque no lo seás nunca mereció ser tu amiga... Tené valentía para pedir perdón al que estuvo cerca y rechazaste tantas veces, porque era el único que podía leer tu corazón.