domingo, 6 de marzo de 2011

Cabalgando la vida

Despierta desde las 5 de la mañana, me fui a dar uno de los mejores viajes de la vida. Conocí San Carlos y la libertad que brinda montarse en un caballo. La experiencia de ayer no solo me dejó de los paisajes más lindos que he visto en mi memoria, me dejó muchas reflexiones y enseñanzas que no puedo - ni quiero- dejar de compartir con ustedes.

Las mujeres no tenemos necesidad de cabalgar detrás de nadie. Nuestra propia vida debe, siempre, ser más interesante que la de cualquier otra persona.. Y si no lo es, debemos derribar ramas, cruzar ríos y demás para hacerla de esa manera.

Xq saben? Nadie tiene porqué dictar el ritmo de nuestro galope... y mucho menos podemos permitir que sea nuestra propia mente la que nos limite al ritmo de alguien más. La fortaleza de una mujer es tan admirada como su independencia y su certeza de que no necesita de nadie para hacerla feliz.

Además, cabalgar solo no es tan malo. Es más fácil maravillarse con el verde de las montañas si no estamos enfocadas viendo al lado... y ciertamente, si uno se enfoca demasiado en ver el camino, se pierde todo aquello que debería apreciar.

Y no me malentiendan, me parece q enamorarse es de las mejores experiencias de la vida. Y puedo decir, sin temor a equivocarme, que aquel que no ama no ha vivido. Y por lo tanto, he elegido enamorarme de la vida.

Me enamoré de Dios, de mi vida, de las tardes soleadas, de las whiskeadas con amigos, de bailar hasta que duelan las piernas, del abrazo sincero de una princesa de 8 años, de la mirada maravillosa de una chiquitilla de diez, de las confidencias de un quinceañero, de la mirada orgullosa de mis papás, de mi maravillosa familia.

Me enamoré de despertarme en la mañana, de aconsejar a mis amigas, de manejar cantando con todo el aire de los pulmones y principalmente, he decidido enamorarme de mi. Asombrarme de las cosas que he logrado, enorgullecerme de todo aquello que he enfrentado y sobre todo, me enamoro de mi presente, xq el futuro solo Dios lo sabe.

Lo cierto, es que uno se ama más cuando sabe que en su corazón no hay rencor, ni miedos ni dudas. Uno se ama más cuando siente la paz de hacer lo mejor... Y la certeza de que en la vida, uno puede construirse su propio set... Y disfrutar de bailar tanto como en el ajeno... Xq cuando se baile en el ajeno, se bailará mejor!!