El primero de agosto, mientras íbamos en carro viendo el "molote" y la algarabía de la Romería en una presa hacia Cartago, mi mamá pronunció una frase preciosa: Qué bonito es tener mamá.
Para hacer este post, me armé con mi set de recuerdos, con nuestra historia de vida que incluye a Mercedes Sosa, Rosanna, Muñequita Linda y mucho, muchísimo amor. Lo hago sólo para aclararle a mi mamá que no es bonito tener mamá, es bonito tenerte a vos como mamá.
Les voy a contar algo: Yo no tengo la mamá que quise. La mamá que yo quería no le llega ni a los talones a la mía. Déjenme explicarles.
Mi mamá no es de esas mamás amantes de la cocina, tampoco es de esas que teje/borda/cualquier cosa que se haga como una manualidad ni de las de la paciencia milenaria de hacer una trenza complicada. A mi mamá le gusta coser lo necesario, cocinar cuando el alma se lo indica (o mi necedad por el mejor atol de piña es demasiada) y comprar todas las cosas para oficina que ustedes se puedan imaginar. Mi casa siempre ha parecido una librería y eso me fascina! Por cierto, lo medio heredé.
Mi mamá tenía algo mucho mejor que enseñarme que sólo cocinar un spaghetti que quedara al dente. Ella es la mujer que carga el mejor corazón que he conocido y esa forma de amar, tan pura, tan incondicional, tan honesta es mi mejor lección, mi mejor aprendizaje, mi mayor tesoro. Es su corazón lo que la hace tan especial.
En mi condición de hermana menor, suelo padecer de un cierto síndrome al que le llaman egoistítis agudis y ella se ha encargado de pulir ese defecto durante tantísimos años que ahora he aprendido a donarme a los demás -que se lo merecen- y hasta comparto uvas!
No les se explicar lo que cambia en una niña tener una mamá tan inteligente como la mía. Una mujer que teniendo dos trabajos nunca tuvo una nota menor a un 95 en la Universidad cuando retomó su carrera de Derecho, haciendo todos los esfuerzos para terminar esa carrera al tiempo que yo me graduaba de quinto año... Y lo logró!
Una mujer que en lugar de maquillaje y cocinas, siempre me compró libros, cuentos, legos y música clásica para niños al tiempo que siempre anduvo impecable, vanidad que también heredé.
Una mujer tan entera, tan maravillosa, tan chineada, tan malcriada... Imposible no ser una eterna enamorada de la vida cuando se tiene por madre una mujer tan apasionada por la vida, tan aventurera, tan valiente, tan maravillosa.
Y es que, ahora que escucho "Carito" -su canción favorita-, no puedo evitar evocar su carita amorosa diciéndome "Carito, yo soy tu amiga, me ofrezco árbol, para tu nido". Qué maravilla, señores, es conocer a una mujer que la música le vibre en el cuerpo, así como le vibraba la salsa en nuestras tardes de que "aprendiéramos a bailar".
Nunca he conocido a nadie que haya tenido una peor decepción amorosa que mi mamá. Y aún con esto, recuerdo nuestras tardes de risas, canciones y películas. Ella dedicó su vida a hacernos felices, a vernos crecer bien, a cuidar nuestros corazones.
Y como si no fuera ya una perfecta imperfecta, se ha enamorado de los perros a otro nivel, enseñandonos de la ternura, de su capacidad para amar lo indefenso. Lo que más me asombra es la forma en que con ella, como dice su amiga Mercedes, "lo cotidiano se vuelve mágico"
Hoy, 26 días de las madres celebrados con ella, les hago público este maravilloso ser humano que me crió no sólo para despertar su envidia sino también para que comprendan un poco el motivo de mi admiración.
Dios me dió a la mejor mamá que había, a la que necesitaba para construir las alas que hoy tengo. Te amo mujer maravillosa, mi Unicornio azul, mi precioso regalo, mi guapísima mamá. Gracias por dedicarte a ser mi mamá y gracias por existir! Te amo valiente, débil, dulce, brava, con atún con arroz o pastel de papa y voy a estar siempre para vos... Te amo a vos porque sos y existís! Felíz día mamita. Te dedico la canción que te canto desde que me la enseñaste! TE AMO!
Nota al pie: Mi mamá cocina riquísimo! =P
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