Cuando estaba pequeña -según los recuerdos de mi madre- siempre veían las fábulas y los programas de Canal 13, nunca se me ocurrió escaparme de la escuela o del colegio y siempre me pareció que fumar era un vicio tan aburrido como tonto. Se puede decir que he sido, en promedio, una "chiquilla buena".
Cuando estaba en 8vo de colegio, mis amigas de aquel entonces fumaban marihuana. Creo que de un grupo de 10-12, una o dos nunca consumimos. Yo estuve en fiestas donde me ofrecieron, la repartieron y la fumaron delante mío. Me he encontrado en ese mismo escenario en muchos momentos de mi vida sin sentirme tentada ni una sola vez, para mi suerte, y con la capacidad -sepa Judas de donde- de no juzgar a mi interlocutor por pensar o escoger algo distinto.
Pienso que en aquel momento en el que tuve que tomar decisiones tan importantes sólo tenía 14 años, 4 años más que la hermanita de mi novio que aún tiene platos de la princesita Sofía y se le permite andar dos colitas en público (y se ve divina). De aquellos años, aún me entero de alguno de nuestros amigos "grandes" (los muchachos del grupo eran significativamente mayores) que nunca logró salir de ese mundo en el que la marihuana fue la puerta para que se introdujeran a un mundo de drogas más duras, carencias y hasta robos.
Según las estadísticas del IAFA acerca del uso de la marihuana en Costa Rica, en 1990 el consumo de esta droga empezaba a los 19 años y para el 2010 ya se promediaba a la edad de 16 años. En el 2011, pagamos la atención de 2.324 personas con transtornos mentales por consumo de marihuana en hospitales públicos y en ese mismo año el "costo económico del consumo de sustancias psicoactivas en Costa Rica representó $551.095.458,51(quinientos cincuenta y un millones noventa y
cinco mil cuatrocientos cincuenta y ocho con 51/100 dólares americanos), para un costo
per-cápita de $120,01 (ciento veinte con 01/100 dólares americanos), y equivalente a
un 1,36% del Producto Interno Bruto" según un análisis económico de la misma entidad.
Mi problema con "La Tocola" no es ella, ni lo que representa. En efecto es un personaje ficticio porque la mayoría de mis amigos no usaba ese lenguaje populacho ni ese acento combinado con ademanes que nos hace creer que todo aquel adicto o consumidor de marihuana es "ratica". He visto gente consumir marihuana haciendo "puesto" de lo que los papás le daban en el cole y gente de muchísima plata que la consume, sin tanta payasada en ambos casos.
Mi problema con ella es el mismo que tuve por años con los integrantes de "La Micro" y demás programas mañaneros pensados únicamente para hacer surgir la risa fácil, nunca en el público al que llegan ni en la responsabilidad que, como medio de comunicación masiva, tienen con la sociedad.
No, muchacha, el problema de los jóvenes no es de ellos: ES DE TODOS. La sociedad, como conjunto, es la que cría a las generaciones que van para arriba y son ESOS egoísmos los que nos tienen en este ambiente enfermo en el que se matan, violan, irrespetan tantos derechos de los padres como de los hijos.
La posición fácil, es la que usted tiene. No, usted no representa a uno solo de mis amigos consumidores de marihuana que SABEN que están consumiendo una sustancia ilegal. Si estamos de acuerdo en que la legalicen pero no para que "se acabe la hipocresía" ni para que "dejen de hacer el papel para quemarlo" sino para que usted pague un poquito de impuestos por lo mucho que, como está estipulado arriba, nos va costar a los demás su enfermedad por abusar de una sustancia nociva.
Si, la marihuana es legal cuando es medicinal. Pero créame cuando le digo que usted NO quiere tener una enfermedad que le garantice la prescripción de esa droga para luchar contra el dolor insoportable. Usted, "Kimberly", representa el sector egoísta e irresponsable que cree que si "mi consumo lo ofende, vuelva la cara".
Yo he visto un par de videos y creo fervientemente que si existiera un Facebook para mayores de edad que ya tomamos nuestra decisión y tenemos criterio, los compartiría muerta de risa para que mi mamá se escandalice con su lenguaje y sus posturas tan de "no-señorita", pero francamente, no entiendo ni la mitad de lo que dice la mayoría de las veces.
Para mi decepción y sorpresa, hace un par de días, los medios de comunicación se suman a su irresponsabilidad masiva transmitiéndola y haciendo viral su video en el que le compra marihuana a un vendedor ilegal; en un momento en el que en su comunidad, Desamparados, 16 personas perdieron la vida en el 2014 en lo que se denominó el año más violento en ese cantón josefino.
Si usted va ser personaje público, asuma su responsabilidad. Explique los efectos de la droga, exponga los casos de sus amigos que "se les pasó la mano" y viven en una "quema" insaciable que los lleva a tomar medidas extremas. Cuéntenos si se ha enterado de que algún dealer está encarcelado o peor, si ahora la mamá -la que usted dice que es la del problema- lo visita en un cementerio y lo tuvo que ir a vestir a una morgue.
No trate de vendernos lo divertido sin vendernos la problemática que el consumo y venta de drogas ha traído y nos ha costado a todos, porque la abuelita con la que usted vive también paga un Seguro Social. No muestre el lado chiva y divertido del asunto, si no está dispuesta a explorar el otro lado, mier. Y sé que puede sonar como una exageración de una "aburrida", pero es precisamente porque los que estudiamos comunicación y nos dirigimos a las masas, comprendemos que tenemos que verle todas las caras a un tema antes de defenderlo.
Como dijo mi papá, usted defiende el consumo de la marihuana de la misma forma en la que Donald Trump defiende al "americano promedio". Su uso indiscriminado e irresponsable de las redes hoy es alabado por los medios de comunicación en lo que sólo puedo pensar que sea una campaña de expectativa del IAFA, de lo contrario, jamás entenderé a los colegas que la contactan para hacerla popular.
Y, sin embargo, la de la responsabilidad no es usted. Usted es el producto de una sociedad permisiva en la que consumir marihuana sigue siendo, por patético que suene, lo más cool y todos cantamos "Legalize It" de Sean Paul. Usted es el producto de un colegio en el que le restringimos a su profesor regañarla, ponerle malas notas, darle trabajos a la casa y en el que, durante algunos años, obligaron a ese mismo profesor a dejarla "arrastrar materias".
Usted es el producto de esa porción de niños educados por Nickelodeon, Canal 7, A todo dar, La Reina del Sur y Combate; usted es es el reflejo de lo muy mal que hemos educado a nuestra juventud porque ni una sola vez se ha sentado a pensar qué pasaría si sus videos llegan a manos de un muchacho en riesgo social -o de muchísima plata- que se divide entre tomar o no tomar ese "purito" al que usted se refiere con tanto cariño.
Perdónenos por obligarla a adoptar ese hablado, usar esa ropa y tener que hacerle creer a su público que es humilde rayando en lo pachuca para ser popular, cuando todos sus videos están grabados en HD y tiene un muy bien Diseñador Gráfico de la mano con un excelente Community Manager.
Perdón, Tocola, por alentarla. Perdón por hacerle creer que el producto que usted ofrece es digno de las noticias del medio día, como plato fuerte para el almuerzo tico. Perdón por su mal sistema educativo, perdón porque en su generación ya no hay límites. Discúlpenos por hacerle creer que su trabajo vale muchísimo y que usted representa, fielmente, a un sector costarricense